El
ultrasonido en fisioterapia utiliza la compresión y dilatación
cíclica de ondas de frecuencia entre 1 y 3 Mhz -frecuencias
por encima del límite perceptible por el oído humano-.
La absorción máxima en tejidos blandos oscila en
el rango de 2 a 5 cm, y la intensidad decrece cuando las ondas
penetran mas profundamente. Se absorben primariamente por el tejido
conectivo: ligamentos, tendones , fascia y tejido de cicatrización.
Son efectivos porque provocar en el organismo efectos fisiológicos
beneficiosos: acción fibrolítica, térmica
y vasodilatadora.
Los beneficios del ultrasonido en este ámbito son de dos
tipos: térmicos y no térmicos. Los efectos térmicos
se deben al calentamiento por absorción de las ondas sonoras.
Los efectos no térmicos se deben a cavitación, microinducción
e inducción acústica. La cavitación resulta
de la producción de burbujas microscópicas de aire,
que transmiten las vibraciones de forma tal que estimulan la membrana
celular. Esta estimulación física parece mejorar
la capacidad de reparación celular en la respuesta a las
inflamaciones.
Los ultrasonidos se han mostrado especialmente efectivos en la
prevención y tratamiento de las posibles contracturas capsulares
tras una mamoplastia de aumento. |