El
Dolor Miofascial es un trastorno no inflamatorio que se manifiesta
por dolor localizado y rigidez. Su característica primordial
es la presencia de “puntos gatillo”.
Estos Puntos Gatillo son puntos en los músculos o las
inserciones tendinosas, que se palpan como nudos duros y que producen
dolor localizado, debido a que se produce espasmo, que no permite
la adecuada circulación de la sangre y comprime las estructuras
nerviosas, produciendo también dolores referidos.
El Dolor Miofascial se esconde bajo muchos diferentes diagnósticos:
Artrosis, Bursitis, Ciática, Hombro congelado, Tendinitis,
Codo de tenis, Lumbalgia, Fibromialgia, Nuca de tensión,
Dolor reumático, Hernia discal, Espolón.
En general, los puntos gatillo, pueden aparecer en cualquier
grupo muscular; sin embargo, se ubican con mayor frecuencia en
aquellos sitios que tienen mayor trabajo físico como el
cuello y la espalda. Es usual que en ellos se perciba debilidad
muscular, que se produce como mecanismo de protección ante
la contracción sostenida del músculo.
El tratamiento hay que dirigirlo hacia los puntos gatillo, resulta
eficaz la combinación de: infiltraciones -con
anestésico local a veces con corticoides- o punción
seca con un tratamiento manual eficaz -masaje, estiramientos-
de los puntos gatillo. También se pueden compaginar con
láser o ultrasonidos.
De esta forma el tejido recupera su metabolismo y funcionamiento
normal. Los puntos gatillo se inactivan y el dolor desaparece.
La cantidad de sesiones de tratamiento dependerá de cada
paciente.
Es aconsejable seguir los patrones ergonómicos en el puesto
de trabajo, así como evitar y corregir malas posturas corporales
que son muchas veces la causa de esta dolencia. |